LA HISTORIA DE SOL , PERIODISTA ARGENTINA EN UCRANIA

Tiene 26 años, trabaja para una productora española y en enero le propusieron viajar a cubrir el conflicto con Rusia

Sol Macaluso es una reportera argentina que está viviendo en España hace unos años. El medio para el que trabaja le asignó ir a cubrir la situación en Ucrania, donde viajó en enero. Estuvo en Kiev y en Jarkov, luego regresó a España y ahora regresó a cubrir el conflicto.

En las últimas horas se hizo viral la conmovedora historia que contó en sus redes sociales: su “fixer”, la persona con la que se movía en Ucrania, decidió pelear en la contra la invasión rusa con armas en la mano y para ellos le confió lo que más ama: su hija.

Macaluso salió de Kiev con la pequeña rumbo al este del país y llegó a Lviv, donde dialogó con Infobae para relatar los detalles de su historia:

– Contanos un poco cómo fue la llegada a Ucrania, cuánto tiempo estuviste en Kiev y qué viviste.

– Desde diciembre estoy trabajando para una productora de televisión de España que se llama Quality, que también tiene sedes en Argentina, por ejemplo. En enero me proponen, me preguntan si tenía ganas y disponibilidad de viajar a Ucrania, en enero la cosa estaba mucho más tranquila. Dije que sí, estuve en Kiev, en la capital, una semanita y después una semanita, unos días, también en Járkov, en la ciudad ucraniana más fronteriza con Rusia.

– Claro, esa zona está siendo muy bombardeada y sitiada completamente en este momento.

– Sí, de hecho el hotel donde estábamos alojados en Járkov está completamente destruido ahora. Después volví a España porque la cosa se había calmado, estuve cinco días de regreso en casa en Madrid y, de repente, la cosa se fue calentando otra vez y me dice mi jefe si quería volver. Dije que sí. Obviamente, con la cabeza fría a la hora de decidir y sabiendo que esto que estamos viviendo ahora podía pasar. Pero bueno, una cosa es la teoría y otra la práctica.

– ¿Y cómo fue la llegada la segunda vez? ¿Vos qué edad tenés?

– Tengo 26 años ahora.

– Obviamente no habías vivido nunca una situación de…

– No, no. Es la primera vez, esto es todo nuevo, una situación extremadamente delicada y de aprendizaje constante.

– ¿Vos estabas en Kiev cuando llegó la primera noche de bombardeos?

– Sí. Estaba sin poder dormir por las alertas que habían emitido Estados Unidos y el Reino Unido de que el ataque era inminente. De hecho, el Reino Unido o Estados Unidos, en este momento no estoy segura pero alguno de los dos, había dicho que a las 4 de la mañana iban a bombardear. Me habré dormido a las 3 y media ya del cansancio del trabajo, diciendo “bueno, me voy a dormir”, y a las 5 me desperté con los bombardeos en el hotel, que estábamos en pleno centro de Kiev.

– ¿Sensaciones? ¿Miedo?

– Horrible. Es un despertador que no le recomiendo a nadie la verdad. Mucha incertidumbre, teníamos plan de evacuación hablado con nuestro fixer, con Max, pero llega el momento y lo único que querés es salir corriendo, pero no es lo más seguro. Entonces había que esperar al equipo, había que organizarse, había que seguir las instrucciones que tanto habíamos hablado. Pero fue todo un caos porque había gente que no tenía cómo evacuar, entonces los sumamos. De repente éramos nueve personas en un auto. Se rompió la rueda del auto en el medio de la ruta, nada más salir. O sea, como todos imprevistos que hicieron que la situación sea incluso más tensa.

– No saliste el primer día, estuviste unos días más durante el ataque y forjaste un vínculo muy fuerte con tu fixer. Hay una historia que se volvió viral porque de repente te preguntaron al aire, ¿cómo es la historia con su hijo?

– Bueno, Max es como la figura paterna.

– Perdón, fixer vamos a aclarar que es como un productor.

– Max es como ya mi figura paterna, no se si por mi edad o porque yo también soy así como muy cariñosa, muy pegajosa siempre con todo el mundo. Desde el 20 de enero que estoy en Ucrania, tuvimos una relación súper buena, conocí a su hija, su mujer también estuvo trabajando para mi equipo en Járkov, entonces bueno, creás un lazo más allá del trabajo. Entonces, cuando pasa todo esto, Max me dijo que tenía que hablar conmigo y que me tenía que pedir un favor. Nos fuimos a hablar en privado y me dice: “Yo voy a tener que volver a Kiev, voy a tener que volver a sacar a mi familia y yo necesito que vos me digas que te vas a hacer cargo de mi hija”.

– Ya cuando estaban organizando para irse de Kiev, él te dijo: “Yo me voy pero después vuelvo”.

– Y obvio. O sea, si yo pudiera llevarme a todos los ucranianos que están pasando por un momento así, lo haría encantada, pero lamentablemente no se puede.

– ¿Y viajaron? ¿Se fueron en auto con la hija?

– Estuvimos en el viaje desde Kiev hasta Leópolis que es donde estamos hoy, Lviv. Fue de cinco días porque hicimos varias paradas en diferentes pueblos porque él consideraba que era lo más seguro. Nosotros confiamos plenamente en su decisión, en su criterio. La hija se sumó en el tercer día con nosotros. Sí, la tercera noche. Y hoy, está en Polonia con una compañera de mi equipo, con Martina y van a llegar esta noche, esta misma noche a España por tiempo indefinido, es lo que menos nos importa. Lo importante es que la tenemos contenida y que cumplimos con lo que Max nos pidió.

-¿Qué edad tiene ella?

-17 años.

– Y se fue del país. Hoy está… Salió del país ayer.

Sí. Salió del país, no sabe si va a volver, no sabe si va a volver a ver a sus padres, si se van a reencontrar, no se sabe nada.

– ¿Su padre dónde está ahora?

– La prioridad del padre ahora es ocuparse de sus padres, valga la redundancia, que siguen en Kiev, que tienen 85 años, que no quieren dejar la capital porque no quieren abandonar la ciudad de toda su vida. Y tiene una hermana, una hermana a las afueras de Kiev, tiene otra hermana en el sur, más la mujer que está a 40 kilómetros de Kiev. Entonces ahora él tiene que ocuparse del resto de la familia y después se verá cómo sigue la situación.

– Y la hija en Madrid, ¿van a hacerse cargo ustedes?

– Va a estar en Barcelona, en la casa de nuestra compañera Martina con su familia que también la aceptó de mil amores. Nuestro equipo por supuesto le cubrió el vuelo y va a tener todos los gastos cubiertos el tiempo que haga falta.

– ¿Cómo fueron las sensaciones de despedida? Esto lo va a ver mucha gente desde Argentina.

– Horrible, yo soy una llorona, yo soy una llorona de naturaleza. Quienes me conocen lo saben. Soy muy sensible y esta situación es extremadamente fuerte. Por más que uno sea profesional, periodista y esté trabajando ante la cámara hay veces que las emociones no se pueden ocultar. Hoy me despedí de Max a la mañana y le dije: “No, no me la hagas larga porque no puedo seguir con el resto del día”. Entonces le di un abracito y le dije que chau, chau, me puse a hacer otra cosa porque si le daba la despedida que se merece y que me hubiese gustado darle, de verdad hubiese tenido que cancelar todo el día de trabajo. Nosotros estamos acá con el objetivo de informar lo que está pasando y que el mundo sepa cómo está siendo la agresión rusa a este país. Porque lo que se está viviendo acá, lo que tienen que atravesar esas familias no es justo y nadie se merece que se arrebaten sus libertades, ni su futuro y mucho menos su presente.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS