Yo puedo ser la persona que pueda acreditar la autonomía de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); darle legitimidad, así como una bocanada de aire fresco y juventud, afirmó Paulina Hernández Diz, integrante de la terna de aspirantes a presidir la institución.
El pasado 5 de noviembre, las comisiones de Derechos Humanos y Justicia del Senado de la República definieron que Hernández Diz, quien forma parte de la Unidad para la Igualdad de la Universidad de Guadalajara, junto con la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández y la actual presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, formen la terna que será presentada el próximo martes al pleno de senadores para definir quien será la persona que presida el referido organismo constitucionalmente autónomo.
En entrevista, la también exrepresentante del Gobierno de Jalisco en el Grupo Interinstitucional y Multidisciplinario (GIM), que daba seguimiento a las medidas de la Alerta de Violencia de Género, expuso que es muy importante recuperar la legitimidad de la Comisión, la cual, desde sus orígenes, siempre ha sido cuestionada por su vínculo con el gobierno o federal en turno.
La maestra en derecho constitucional subrayó que la relación de ese organismo con el gobierno debe ser cordial y directa.
En ese sentido planteó que es necesario entender que esa institución no solamente tiene como tarea la defensa de los derechos humanos, sino también el análisis y estudio de las políticas, estrategias y programas que tienen cada una de las instituciones de la administración pública federal, con el fin de reorientar prácticas que vayan en contra de la defensa de los derechos humanos.
Para que esto pueda modificarse, lo fundamental es prevenir las violaciones a derechos humanos y no esperar a que éstas ocurran para atenderlas o emitir recomendaciones. Por supuesto que una parte fundamental es la defensa, pero no debemos perder de vista la prevención”, remarcó.
Para la también exsecretaria ejecutiva del Instituto Jalisciense de las Mujeres, la CNDH debe servir como hilo conductor entre las diversas instituciones que conforman la administración pública, de los tres niveles de gobierno, para articular y construir una política nacional de derechos humanos.
Dijo que más allá de pensar en contrapesos, su intención es ser alguien que pueda coordinarse con las instituciones de seguridad, o que pueda hablar, por ejemplo, con el Instituto Nacional de Migración para conocer cuál es la política migratoria y también estar en condiciones de atender la nueva realidad en la materia que se vivirá con el próximo gobierno de Estados Unidos.
Yo así lo veo, con esta intensión de conducción, coordinación y comunicación, sin que se ponga en riesgo la autonomía que requiere la Comisión Nacional de Derechos Humanos”, abundó.
Deben atenderse todas las agendas
La aspirante dijo tener claro que el país atraviesa ciertos contextos y situaciones que implican tensiones en ciertos grupos en situación de mayor riesgo, vulnerabilidad, pero, cada una de las agendas de derechos humanos es importante y hay que atenderlas de manera igualitaria.
La especialista indicó que más allá del debate que hay sobre la autonomía de esa institución o de si debe modificar su estatus legal, lo realmente relevante es fortalecer su andamiaje institucional y jurídico para que pueda cumplir eficientemente su misión.
En ese tenor afirmó que es muy importante que el Consejo Consultivo de la CNDH esté debidamente integrado, pues es relevante contar con voces de organizaciones de la sociedad civil que tienen como causa la defensa de los derechos humanos.
Para la aspirante, una de las prioridades de la próxima persona presidenta de la CNDH debe ser la atención de las personas migrantes, defensores de derechos humanos, pero, recalcó, no debe perderse de vista la atención a las victimas de las distintas violencias o sectores de la sociedad en donde están ocurriendo violaciones a derechos humanos.
En ese aspecto, Hernández Diz expuso que es necesario reorganizar las áreas estratégicas de la Comisión, como el de recepción y atención de quejas; las visitadurías generales y la de seguimiento a las recomendaciones.
Subrayó que es necesario contar con un sistema de indicadores que reflejen en tiempo real el cumplimiento, el término en que son atendidas, así como el impacto que tienen en el comportamiento de los funcionarios y las prácticas institucionales.
También destacó la necesidad de reforzar la tarea de acompañamiento institucional a las víctimas, lo cual implica tener claro qué es lo que están haciendo las diversas instituciones de gobierno cuando se ven involucradas en este tipo de hechos.
Incluso, acentuó la importancia de fortalecer las capacidades de los organismos defensores de derechos humanos e instituciones como la Comisión Nacional de Búsqueda.
“Yo apelo a la profesionalización, a la escucha activa, empática y profesionalización del personal que atiende a víctimas, el cual debe contar con certificaciones y acreditaciones de su trabajo”, mencionó.