Nikki Haley está tratando de posicionarse como una alternativa más razonable a Trump, encarnando el alma tradicional del partido justo antes de la irrupción del expresidente.
La exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, aspirante a la nominación presidencial republicana, criticó este domingo al expresidente Donald Trump por intentar sabotear las negociaciones en el Congreso para cambiar el sistema de asilo y reforzar la frontera.
“Lo último que Trump debería decir es que hay que esperar hasta después de las elecciones para aprobar un acuerdo sobre la frontera. No podemos esperar ni un día más”, afirmó Haley durante una entrevista en la cadena NBC.
Desde hace semanas, senadores demócratas y republicanos han estado negociando un proyecto de ley sobre migración que incluiría muchas de las peticiones de los conservadores para facilitar la deportación de migrantes y obstaculizar las solicitudes de asilo.
El texto del proyecto legislativo aún no es público, pero los senadores han dicho que esperan divulgarlo durante la próxima semana.
El Senado, bajo control demócrata, se ha mostrado dispuesto a aprobar el proyecto y el presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que estaría dispuesto a firmarlo.
Sin embargo, los republicanos de la Cámara Baja, donde ostentan la mayoría, ya han manifestado su rechazo y, además, Trump les ha pedido que rechacen cualquier compromiso con los demócratas.
En un mitin en Las Vegas el sábado, Trump reiteró sus peticiones para que los republicanos de la Cámara Baja rechacen cualquier proyecto legislativo a menos que cumpla con todos los requisitos de la facción más dura del partido, que él mismo lidera.
Por favor, échenme la culpa a mí, por favor, porque están a punto de aprobar un proyecto de ley muy malo. Prefiero no tener ningún proyecto de ley que tener uno malo”, afirmó Trump en Las Vegas.
El exmandatario, favorito para hacerse con la nominación presidencial republicana, ha dejado claro que quiere usar la migración para atacar a Biden de cara a las elecciones de noviembre.
Por su parte, Haley está tratando de posicionarse como una alternativa más razonable a Trump, encarnando el alma tradicional del partido justo antes de la irrupción del expresidente.
Con ese objetivo, Haley está concentrando sus esfuerzos en Carolina del Sur, donde fue gobernadora entre 2011 y 2017, y donde espera revitalizar su candidatura.
Sin embargo, actualmente cuenta solo con el 25 % de la intención de voto en ese estado, mientras que Trump ostenta el 50 %, según las últimas encuestas.
En un intento por reducir esa brecha, la candidata tuvo dos mítines este fin de semana en Carolina del Sur, uno en la localidad de Mauldin el sábado y otro en Conway este domingo.
Con información de EFE